7/Mayo/2013
“La
Reforma Migratoria”
Un
tema que queda pendiente en la Agenda bilateral México-Estados Unidos; “El de
la Reforma Migratoria”, el que pondrá a salvo la estancia en la Unión Americana
de más once millones de Mexicanos que viven allende de la frontera.
Si
bien es cierto que en esta importante visita de estado del Presidente Obama a
nuestro país, se abordaron temas en materia económica para impulsar la
inversión, la productividad y el crecimiento entre ambas Naciones; así como
también las propias en materia de seguridad, respetando la estrategia Mexicana
de reducir la violencia, sin que esto signifique el no combate frontal al
crimen organizado; también lo es que el Presidente Obama reiteró su compromiso,
no como temas centrales, el de seguir su lucha para lograr el control de armas
en su país e impulsar “La Reforma Migratoria”.
Estos
dos últimos temas, importantes por su trascendencia en la vida de nuestro país,
son vistos por el gobierno Norteamericano como parte de su política interna,
posición en la que no coincidimos, desde nuestro particular punto de vista,
sobre todo en el relacionado con la Reforma Migratoria.
El
gobierno estadounidense ha pedido al gobierno mexicano la no intervención en el
asunto que nos ocupa, para no radicalizar la postura de algunos legisladores
Republicanos en la reforma por venir; lo que ha ocasionado desconcierto, tanto
en la Cancillería Mexicana, como en la oficina alterna a los Pinos.
Recientemente,
el Secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, había expresado que
nuestro país era “Actor” en el debate suscitado en el Senado Norteamericano y
que trabajaría por la reforma en cuestión, delineando los comos y los porqués.
Sin
embargo, en conferencia de prensa el jueves 2 de Mayo, el Presidente Enrique
Peña Nieto puntualiza; que la Reforma Migratoria la entendía como un asunto de
política interna estadounidense y que hacía votos por el éxito de la misma y
que no tenía más comentarios al respecto.
La
duda salta en el sentido, de que fue, lo que dialogaron en privado los dos
mandatarios en relación a este tema tan importante, tan trascendente y tan
esperado por millones de mexicanos radicados en el exterior; que motivó que el
primer Mandatario del País, le haya corregido la plana a su Canciller José
Antonio Meade Kuribreña.
Sin
menoscabo de lo anterior, se han levantado algunas voces, como la del
Ex-Canciller Jorge G. Castañeda, quien señalo que la posición del gobierno
Mexicano era “factual, política y éticamente desafortunada”.
“Factualmente
porque Estados Unidos, ha tenido acuerdos migratorios con muchos países,
incluido por supuesto, México”.
“Políticamente,
porque es imposible lograr una Reforma Migratoria, sin la cooperación de países
como México”.
“Y
éticamente, porque México tiene que defender a sus connacionales, a su gente,
buscando la mejor salida para ellos”.
Seremos
testigos en los próximos meses, si la posición del gobierno Mexicano es la
delineada por el Canciller Mexicano o si prevalece lo expresado por el
Presidente Peña Nieto, ante el Presidente Obama.
En
lo personal me inclino, no sólo por razones éticas y políticas, sino también de
humanidad y de deuda moral e histórica con nuestros connacionales, que México
debe asumir una posición no sólo activa, sino también firme, sobre la Reforma
Migratoria, presentada por el Presidente Obama ante el Senado estadounidense.
A
la par el Gobierno de la República tendrá que instrumentar una política
Migratoria de Estado, inscrita en el marco más amplio de las estrategias de
desarrollo Nacional, que minimicen los costos y potencien las oportunidades que
brinda la migración internacional con origen, tránsito y destino en México,
como lo establece el Programa Nacional de Población.
Es
menester en el contexto actual, incluir con mayor efectividad criterios y consideraciones
migratorias en otras políticas sectoriales, que rescaten los ángulos positivos
y ayuden a desinhibir, atenuar, sortear o modular las áreas conflictivas del
fenómeno migratorio.
Por:
Eliseo Pérez Sánchez
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