miércoles, 8 de octubre de 2014

#TodosSomosPolitécnico: el ejemplo.


Hace unos días fuimos testigos de una mega marcha de jóvenes estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, quienes dieron un ejemplo grandísimo de civilidad al manifestarse en completa paz. 

La manifestación tenía como fin llegar a Bucareli, a la sede de la Secretaria de Gobernación y ahí ser atendidos por el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, cosa que lograron y con creces, al tener una respuesta inmediata a sus demandas, las cuales ya fueron atendidas y resueltas en su mayoría el pasado viernes. 

Hasta aquí, los jóvenes integrantes del movimiento #TodosSomosPolitécnico, que inició en las  Redes Sociales, dieron una lección a los miles de manifestantes que circulan al año por nuestras plazas cívicas, y que tan mal acostumbrados tienen a nuestros gobernantes y a nosotros los ciudadanos.  

Pero.... Nunca faltan quienes buscan aprovechar este tipo de movimientos legítimos estudiantiles, para de ahí colgarse y exhibir todo tipo de intereses políticos. 

Esta explicación fue el preludio para llegar al tema que realmente interesa en esta columna: la polarización de las verdaderas causas sociales. 

El pasado 2 de octubre vimos un claro ejemplo de lo mencionado, con la ya tradicional marcha en memoria del trágico desenlace del movimiento estudiantil de 1968, manifestación que acabó como desde hace años, en un sin número de actos vandálicos y desmanes que causan grandes perdidas económicas y una molestia generalizada de la sociedad. 

Y la pregunta obligada: Que ganan con causar destrozos? Porque pintar paredes de edificios? Inclusive arremetiendo contra personas que en 1968 ni siquiera la primaria cursaban. Cual es la real ganancia con esas muestras de anarquía? 

El derecho a manifestarse está protegido  por nuestra Constitución y las autoridades deben privilegiar ese derecho,  pero debiera de reglamentarse para no perjudicarnos a todos en nuestro también derecho al libre transito. 

Vaya dilema. 

Como político entiendo que la ciudadanía tiene el legitimo derecho a exigir que los gobiernos cumplan sus promesas y sus compromisos, pero como un ciudadano más también pido civilidad y exijo manifestaciones en paz. 

Porque polarizar los legítimos  movimientos estudiantiles? 

Porque tras verdaderas causas sociales, insistir en temas movidos tras bambalinas por intereses políticos y partidistas?  

Porque los jóvenes dejan que esos intereses se infiltren en sus extraordinarias muestras de fuerza y unidad? 

Porque? Porque? Porque? 

Al final como pasó con los #YoSoy132, por estas infiltraciones lo unico que queda es el recuerdo de un gran movimiento, utilizado en un proceso electoral. 

Ahora vienen las marchas para exigir justicia en el lamentable e indignante caso de los normalistas de Ayotzinapa en #Guerrero, movimiento por demás justificado (y del que ya escribiré más adelante), que solo esperamos no pretendan vincularlo con las elecciones del próximo 7 de junio de 2015. 

La respuesta a todas las preguntas tal vez tenga que ver en el fondo con ese domingo. 

Al final los dirigentes de movimientos juveniles tienen la ultima palabra: ser una anécdota electoral o trascender como ejemplo en la historia. 

Por: Miguel H. Rivas
Presidente Fundador de #ObservatorioPRI. 

@MigueRivas @ObservatorioPRI  






miércoles, 1 de octubre de 2014

OFICIO POLÍTICO.



Oficio político, dos palabras tan sencillas de pronunciar y tan difíciles de encontrar.

El día de ayer, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dio cátedra pública y gratuita de lo que es el oficio político, y lo hizo ante miles de jóvenes a quienes atendió en plena calle de Bucareli.

Para lograr este dialogo y finalizar con un acuerdo con los manifestantes, todos ellos estudiantes del Instituto Politécnico Nacional e integrantes del movimiento #TodosSomosPolitécnico, es claro y evidente que se necesitaba primero que nada tener conocimiento completo del conflicto, para lo cual desde “Los Pinos” y en la Secretaría de Gobernación se mostró que hicieron muy bien su trabajo.

Una vez analizado el conflicto y al darle completo seguimiento, se necesitaba algo más difícil de encontrar, y es el arriba señalado “oficio político”, algo que casi ningún político de la actualidad ha mostrado tener.

Y lo que se necesitaba para resolver el conflicto se halló y fue en quien tiene precisamente esa encomienda: el Secretario de Gobernación.

Osorio mostró que está en la posición perfecta dentro del equipo del Presidente Peña Nieto, pero ese no es el fondo del asunto, sino la percepción que con su actuación generó.

Es verdaderamente de llamar la atención el asombro con el que tomó a medios, a periodistas, estudiantes, políticos, amas de casa, trabajadores y a la población en general, el que el Secretario de Gobernación saliera a la calle, tomara el toro por los cuernos y dialogara públicamente con 30 mil jóvenes ahí reunidos, sorprendente porque Osorio Chong estaba simplemente realizando su trabajo.

La forma en que resolvió y respondió en ese momento a los jóvenes es verdaderamente de reconocerse, pero ¿porqué genera tanto asombro entre la población?

La respuesta es la misma que usted se imagina: la falta de capacidad que hoy en día maneja la mayoría de nuestros representantes e integrantes de la llamada “clase política”.

Y no es un problema de ahora o de hace algunos años, me viene a la mente el 2 de octubre de 1968, en el cual el movimiento estudiantil evidenció la falta de capacidad política del ex Presidente Díaz Ordaz y de todo el equipo que integraba su gobierno, quienes ignoraron las demandas de un crecido movimiento y culminó en esa parte negra de la historia de nuestro país que todos conocemos.

Con oficio político, esa parte obscura de la historia de #México hubiera podido resolverse sin derramar sangre, y muchas otras manchas más que ensucian a nuestra Nación.

Lo primordial que necesita un gobierno para dar buenos resultados a la población, es tener en las principales posiciones a los perfiles ideales para desempeñar un buen trabajo y estos personajes necesitan tener mucho, pero mucho oficio político, de ese que se encuentra entre los ciudadanos con lupa.

Esperamos que esta cátedra de buen gobierno que impartió el Presidente Peña Nieto a través de su Secretario de Gobernación, haya sido aprendida por los numerosos gobernantes con inmensidad de problemas en sus entidades y municipios, y que al fin descubran que el hilo negro del asunto es tan simple como designar a las personas indicadas.

Ayer, lo que debería ser un actuar común de un gobierno y de un servidor público, sorprendió tanto que solo me recordó lo mal que estamos los políticos.

Escuchar y resolver a los ciudadanos es la clave, y como decía Don Fernando Gutiérrez Barrios “si el pueblo dice que es de noche, aunque sea de día, hay que encender las farolas”.

Ya nos pusieron el ejemplo, ahora a practicarlo.

Miguel H. Rivas 

Presidente Fundador de #ObservatorioPRI


@MigueRivas     @ObservatorioPRI