Oficio político, dos palabras
tan sencillas de pronunciar y tan difíciles de encontrar.
El día de ayer, el
Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dio cátedra pública y
gratuita de lo que es el oficio político, y lo hizo ante miles de jóvenes a
quienes atendió en plena calle de Bucareli.
Para lograr este dialogo y
finalizar con un acuerdo con los manifestantes, todos ellos estudiantes del
Instituto Politécnico Nacional e integrantes del movimiento
#TodosSomosPolitécnico, es claro y evidente que se necesitaba primero que nada
tener conocimiento completo del conflicto, para lo cual desde “Los Pinos” y en
la Secretaría de Gobernación se mostró que hicieron muy bien su trabajo.
Una vez analizado el
conflicto y al darle completo seguimiento, se necesitaba algo más difícil de
encontrar, y es el arriba señalado “oficio político”, algo que casi ningún
político de la actualidad ha mostrado tener.
Y lo que se necesitaba para
resolver el conflicto se halló y fue en quien tiene precisamente esa encomienda:
el Secretario de Gobernación.
Osorio mostró que está en la
posición perfecta dentro del equipo del Presidente Peña Nieto, pero ese no es
el fondo del asunto, sino la percepción que con su actuación generó.
Es verdaderamente de llamar
la atención el asombro con el que tomó a medios, a periodistas, estudiantes,
políticos, amas de casa, trabajadores y a la población en general, el que el
Secretario de Gobernación saliera a la calle, tomara el toro por los cuernos y
dialogara públicamente con 30 mil jóvenes ahí reunidos, sorprendente porque
Osorio Chong estaba simplemente realizando su trabajo.
La forma en que resolvió y
respondió en ese momento a los jóvenes es verdaderamente de reconocerse, pero ¿porqué
genera tanto asombro entre la población?
La respuesta es la misma que
usted se imagina: la falta de capacidad que hoy en día maneja la mayoría de
nuestros representantes e integrantes de la llamada “clase política”.
Y no es un problema de ahora
o de hace algunos años, me viene a la mente el 2 de octubre de 1968, en el cual
el movimiento estudiantil evidenció la falta de capacidad política del ex
Presidente Díaz Ordaz y de todo el equipo que integraba su gobierno, quienes
ignoraron las demandas de un crecido movimiento y culminó en esa parte negra de
la historia de nuestro país que todos conocemos.
Con oficio político, esa
parte obscura de la historia de #México hubiera podido resolverse sin derramar
sangre, y muchas otras manchas más que ensucian a nuestra Nación.
Lo primordial que necesita
un gobierno para dar buenos resultados a la población, es tener en las
principales posiciones a los perfiles ideales para desempeñar un buen trabajo y
estos personajes necesitan tener mucho, pero mucho oficio político, de ese que
se encuentra entre los ciudadanos con lupa.
Esperamos que esta cátedra
de buen gobierno que impartió el Presidente Peña Nieto a través de su
Secretario de Gobernación, haya sido aprendida por los numerosos gobernantes
con inmensidad de problemas en sus entidades y municipios, y que al fin
descubran que el hilo negro del asunto es tan simple como designar a las
personas indicadas.
Ayer, lo que debería ser un
actuar común de un gobierno y de un servidor público, sorprendió tanto que solo
me recordó lo mal que estamos los políticos.
Escuchar y resolver a los
ciudadanos es la clave, y como decía Don Fernando Gutiérrez Barrios “si el pueblo dice que es de noche, aunque sea de día, hay que encender las farolas”.
Ya nos pusieron el ejemplo,
ahora a practicarlo.
Miguel H. Rivas
Presidente Fundador de #ObservatorioPRI
@MigueRivas @ObservatorioPRI
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