Por: Eliseo Pérez Sánchez
@eliseop_san
Recordemos que el pasado lunes 20 de mayo en uso de las facultades que le confieren los Estatutos a su Presidente, el panista Gustavo Madero, destituyó del cargo de coordinador de su fracción parlamentaria al Senador Ernesto Cordero y designa para ocupar el cargo al también Senador por Colima Jorge Luis Preciado.
Este relevo se da a pesar del respaldo de 24 Senadores, de un total de 38, identificados en su mayoría con el ex secretario de hacienda y con el ex presidente Felipe Calderón, entre los que sobresalen: Luisa María Calderón, Mariana Gómez del Campo, Roberto Gíl, Javier Lozano Alarcón y el queretano Francisco Domínguez Servien.
Apuntábamos en nuestra colaboración del lunes 27 de mayo, que veríamos en los días por venir, y no nos equivocamos, una lucha intensa entre estos grupos en pugna, por el control de las comisiones Legislativas que preside Acción Nacional y que en conjunto recibirán este año, más de 239 millones de pesos, correspondiéndoles aproximadamente 19 millones de pesos mensuales a cada comisión, sin un mecanismo definido de transparencia y rendición de cuentas; Amén de los 39 millones de pesos mensuales que se entregan a cada coordinador parlamentario en proporción al número de legisladores de sus partidos.
En la semana que concluyó, fuimos testigos del apetito monetario desmedido de este grupo de senadores calderonistas y de su sin razón de lograr el poder por el poder mismo, poniéndose en total evidencia, al repartirse poco antes de dejar Cordero la coordinación de su grupo parlamentario, más de 16 millones de pesos, correspondiéndoles a cada Senador panista la nada despreciable suma de, 430 mil pesos, sin justificación alguna, para disponer de esta cantidad, de recursos de la Nación, provenientes de ingresos fiscales.
Pero lo más grave de este pleito entre bandidos, lo escenificó el salto a las oficina de la tesorería de la fracción de Acción Nacional en el Senado, por las huestes del Senador por Querétaro, Francisco Domínguez, apoya en un reforma "al vapor" de los estatutos que rigen la vida interna de su fracción parlamentaria, misma que fue desconocida y rechazada en todas sus partes por la Secretaría General del CEN de su partido y condenada por otras voces más, como las del ex presidente del PAN Luis Felipe Bravo Mena, quien señalo que el PAN se "perredizó" y "que es reprobable y vulgar pelearse por el dinero".
Dos situaciones vemos entretelones en esta lucha sin cuartel entre estos grupos:
•El control del partido a finales de año, en que debe darse el relevo en la dirigencia nacional, así como...
•Tapar el manejo discrecional, nada ético ni honesto, que se hizo de los recursos asignados a la fracción del PAN en el Senado durante los últimos 8 meses.
Si no fuera así, no podríamos explicarnos el porque de esta nueva crisis en el seno del Partido Acción Nacional, quien seguramente habrá de ser nuevamente relegado por la ciudadanía el próximo 7 de julio al lugar que ya le fue asignado en la pasadas elecciones presidenciales, al haber perdido su esencia de partido que inspiró su nacimiento con hombres con ideología y principios como fueron sus fundadores: Don Manuel Gómez Morin, Efraín González Luna, Adolfo Christlieb Ibarrola, y Rafael Preciado Hernández, entre otros, totalmente distintos a este grupo de neopanistas, productos de los dos últimos sexenios, marcados por la ineficiencia y la corrupción, a quienes no le importa ser los enterradores de su partido, sino sólo satisfacer sus apetitos desmedidos de poder y riqueza malhabida, cuyos propósitos aviesos han sido enmarcados en una frase demoledora por el periodista Ricardo Alemán: Es un grupo de gavilleros, que no de políticos, "que van por la plata.... y enseñan el cobre".
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